OYA era dueña del mercado, y vivía enamorada de SHANGO y no lograba sus favores, pero resultó que un día estando ella en la selva, pues ella cazaba, vio un hermoso búfalo negro que llegaba al medio del bosque, ya iba a tirarle una flecha cuando vio con sorpresa que el búfalo negro se quitaba su piel, entonces ella se escondió y vio que era SHANGO. Ella vio donde él escondió la piel, y cuando el se fue, ella le robó la piel llevándosela al mercado.
Al otro día, SHANGO fue a buscar la piel y no la encontró, y desesperado buscándola por el rastro llegó al mercado, ahí encrespó a OYA, y ésta le dijo que la tenía guardada, entonces él se la pidió, pero ella le dijo que quería sus favores antes de dársela y que viviera con ella. Él aceptó, pero con las condiciones de no revelar sus secretos, ella le dijo que sí, y entonces con ese acuerdo comenzaron a vivir y vinieron los Ibeyis.
OGUN, que era enemigo de SHANGO, por medio de YEMAYA que era hermana de OYA, obtuvo el secreto y comenzó a regarlo a los cuatro vientos, él dijo que SHANGO era OGODO MAKULENKUE, el Búfalo joven, SHANGO al ver su secreto en público, cogió su disfraz, se lo puso y salió para el bosque en busca de OYA, ésta había ido a casa de ORUNMILA el cual en el registro le salió OSA KULEYA y le marcó Ebó con: carnero, gallo, dos palomas, aguardiente, manteca de cacao, cascarilla, mucho dinero.
Ella se hizo el Ebó y fue a pastorear su gran rebaño de carnero que tenía para comer. Entonces SHANGO buscando a OYA por el monte, se encontró con OGUN y combatieron, OGUN le tumbó un tarro que guardó como trofeo (por eso el ogue de OGUN es de un sólo tarro), pero como la magia del disfraz hacía crecer los tarros, enseguida tuvo los dos tarros de nuevo, SHANGO cogió y dejó a OGUN y siguió buscando a OYA.
Después de buscarla incesantemente, al fin la encontró con los carneros y los IBEYIS, y se lanzó a embestirla, OYA al ver a OGODO MAKULENKUE, comprendió todo, y viéndose perdida, cogió los IBEYIS y le lanzó el carnero a SHANGO, el cual enfurecido se lo comió, y al probarlo le gustó y se quedó con todos los carneros de OYA. para siempre.
Ella renunciaba a esa comida para siempre, para así salvarse y a su vez a sus hijos, se volvió IYANZAN (el remolino), cogió los IBEYIS
y sacándolos de allí se los entregó a YEMAYA.
Reflexion: un pataki de osa kuleya,donde nos demuestras claramente que oya en un momento de su vida comió carnero, pero por confiada y contar los secretos fue traicionada y donde casi pierde la vida,de igual forma nos dice que por salvar a los ibellis, ella dejo de comer los carneros y se los entrego a chango , entonces que aprendemos de osa kuleya, aprendemos que debemos ser desconfiado hasta de la misma familia y no contar ni decir nuestros secretos, ya que podemos ser objeto, de cosas negativas, que obviamente,una madre por sus hijos es capaz de perder su vida por salvarlos por eso madre siempre es madre, ache to iban echu
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