Quién es Ochún?
Hay mucha historia que rodea al río Osun y la Arboleda de Osun en Osogbo. No deja de ser un tema curioso el hecho que la historia cuenta que esta arboleda llegó un hombre llamado Larooye, buscando un mejor lugar para vivir, porque la inmensa sequía tenía sometido a su pueblo al hambre. Larooye envió a un experimentado cazador llamado Olutimilehin, en busca de agua y este llegó a la arboleda al pie del río, informó a Larooye, quien en ese sitio fundó Osogbo en el año de 1760. Se dice que cuando estaba desbrozando para dar cabida a su pueblo un árbol cayó al agua y se oyó una voz que gritaba diciendo: " ¡Laro! ¡Timehin! (Has quebrado mis ollas de teñir). Larooye llegó a conocer el nombre del espíritu del río, como la Reina Oso-Igbo y que se cree que es la diosa del río Oso Igbo [Ochún]). Esta es la razón por la cual la Diosa Oso Igbo era y sigue siendo considerada como la madre espiritual de Oba Larooye.
Para nuestra tradición afrocubana, entonces no es de extrañar para nada un sincretismo, donde sabemos que un Echu, que es fiel compañero de Ochún sea conocido como Echu Laroye, que se dice que puede encontrársele en los ríos y protege mucho a Ochún. En todo caso este Echu, podría tratarse del personaje histórico, fundador de Oshogbo y que efectivamente vive “Al lado de los ríos”, donde en Nigeria, se encuentra la arboleda sagrada de Ochún.
Siguiendo con nuestra historia, Larooye hizo un pacto con Oso Igbo. Larooye prometió a Oso Igbo que el bosque siempre se mantendría sagrado y protegido y que ella sería homenajeada cada año por toda la gente del pueblo, en un festival de celebración. A su vez, Oso Igbo (lo cual genera el nombre del pueblo actual Osogbo, en forma de contracción de Oso Igbo) los bendeciría brindando su protección contra los enemigos y dándoles prosperidad.
No es de extrañar, entonces, que la guerra no tocara a Osogbo. Incluso la guerra Fulani de 1840, que casi puso de rodillas a todas las naciones Yoruba, se le detuvo en el límite de Osogbo, en un pueblo llamado Idi-Baba. Fue allí donde apareció una dama hermosa e irresistible y se ofreció a cocinar una comida deliciosa para los guerreros Fulani. Esta mujer se dice que se llamaba Osun (Ochún). Lo que no sabían es que se trataba de una treta, planeada por la hermosa joven, quien les dentro de los manjares colocó vegetales envenenados. Todos los guerreros se comieron la comida y murieron antes de que pudieran llegar la ciudad. Esto es un hecho documentado en las guerras Fulani. Sin embargo, el General Fulani, se negó a comer y de esta forma salvó. Osun solicitó intencionalmente que se fuera para que contara la historia y recordara que, Osun no dejaría que ninguna fuerza o guerra desgarraran la ciudad. De esta forma, Osogbo fue rescatado de la invasión del Islam y de las fuerzas islámicas.
Lo que hoy se conoce como la ciudad de Osogbo, comenzó desde la hermosa arboleda Osun, que hoy es un templo sagrado y protegido. Como Osun continuó bendiciendo al fundador y su gente, el asentamiento inicial fue trasladado fuera del bosque sagrado.
Durante la década de los 1950, comenzó la profanación de la arboleda de Osun – Osogbo. Los santuarios comenzaron a ser desatendidos, los sacerdotes abandonaron la arboleda cuando las responsabilidades habituales y las sanciones se debilitaron. Acciones prohibidas como la pesca, la caza y la tala de árboles en el bosque estaban destruyendo el templo, hasta que una mujer de origen austriaco llamada Susanne Wenger, llegó y detuvo el abuso que se cometía contra la arboleda (Templo).
Durante la década de los 1950, comenzó la profanación de la arboleda de Osun – Osogbo. Los santuarios comenzaron a ser desatendidos, los sacerdotes abandonaron la arboleda cuando las responsabilidades habituales y las sanciones se debilitaron. Acciones prohibidas como la pesca, la caza y la tala de árboles en el bosque estaban destruyendo el templo, hasta que una mujer de origen austriaco llamada Susanne Wenger, llegó y detuvo el abuso que se cometía contra la arboleda (Templo).
Con el estímulo del Ataoja y el apoyo de la población local, Wenger formó el movimiento llamado Nuevo Arte Sacro y de esta forma desafió a los especuladores de tierras, puso un alto a los cazadores furtivos, protegió los santuarios y comenzó el largo proceso de restaurar el lugar sagrado, renovándolo nuevamente, en el corazón de Osogbo.
El problema que encontramos entonces, es la extemporaneidad de Ochún, que por las fechas que estamos hablando, no pudo haber sido esposa de Changó, quien viviera entre los años 1400 y 1500 de nuestra era. ¿Fue entonces este un matrimonio deificado, mucho tiempo después de la muerte de Changó, para dar su merecido puesto a Ochún como reina dentro de la religión Yoruba? Lo cierto es que la historia nos muestra que el culto a Ochún comenzó en Osogbo en los años 1760, quien fuera conocida como Oso Igbo y luego que su Deificación se diera en los años 1840, cuando pasó a ser un ancestro deificado, pasara a ser conocida como Ochún.
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